Desde el MECyL os proponemos un viaje en el tiempo. No somos Marty Mcfly ni tenemos un DeLorean DMC-12 pero sí un montón de objetos con los que transportarnos a esos momentos en los que observar y aprender eran las principales funciones. ¿Recordáis cómo se desarrollaba la vida cuando éramos unos críos? Pues de eso mismo va esta ruta. Coged vuestro juguete favorito que empezamos…
El juego es un impulso vital, primario y desinteresado. Está relacionado con el ensayo y el aprendizaje. Mediante el juego los niños y niñas hacen suyas las costumbres y el acervo cultural del medio en el que habitan.
Los pedagogos Friedrich Fröbel en el siglo XIX, y Maria Montessori a principios del XX, consideraron el juego como la forma típica de la infancia y una manera de enseñar a las niñas y a los niños pequeños una mayor gama de habilidades.
Existen distintos tipos de juegos pero todos ellos se basan en la aceptación de ciertas normas y en los parámetros espacio y tiempo.
¿A qué os apetece jugar?
Podemos empezar por los juegos de ficción que consisten en simular situaciones y personajes en un intento de realidad pero distorsionándola a la vez.
En la actualidad no existe un modelo de familia estándar, siendo muchas las distintas posibilidades. Pero hasta fechas relativamente recientes, uno de los juegos de ficción por excelencia además de los médicos y las tiendas, era el de papás y mamás. Los pequeños se mimetizaban con los roles de sus progenitores en los géneros hombre y mujer.
Hoy en día los encorsetamientos sociales no son tan asfixiantes, siendo habitual ver niños paseando cochecitos de bebés, portando muñecos, jugando a las cocinas y empujando carritos de limpieza. En definitiva, todas esas actividades atribuidas histórica y socialmente a las mujeres.
Aunque en los tiempos que vivimos los juegos y juguetes empiezan a no estar divididos sexualmente primando las características pedagógicas y de educación en valores de igualdad, nuestros antepasados vivieron la infancia de manera diferente. Mediante el juego, los niños y sobre todo las niñas, aprendían los papeles que iban a desempeñar en la edad adulta. No obstante, existían ciertos matices marcados por el poder adquisitivo.
Antes de proseguir nuestra ruta, vamos a hacer un alto en el camino para jugar a «La Rayuela» tal y como nos propone Arantza Rodrigo Martín, pedagoga y directora del Centro de Interpretación del Folklore y Museo del Paloteo de San Pedro de Gaíllos (Segovia).
El juguete es un objeto que la niña y el niño utilizan para llevar a cabo un juego. Puede ser cualquier cosa. En las colectividades agrarias era habitual la elaboración de juguetes a partir de elementos naturales como piedras, ciertos frutos, barro y cañas, entre otros.
Como acabamos de ver, los juguetes representaban animales. Sin embargo, los más comunes eran los que desarrollaban la figura humana. Las muñecas son uno de los principales ejemplos. Hasta los albores de la industrialización se elaboraban en madera, trapo y serrín, e incluso cartón como las conocidas Peponas.
También los soldados fueron muñecos muy apreciados. Antes de ser fundidos en plomo, se utilizaba para su construcción el barro, el papel y el cartón. Durante la Guerra Civil, los dos bandos produjeron gran número de figuras bélicas troqueladas en papel como medio de propaganda política.
Otro tipo interesante de juguete, es el denominado de arrastre el cual sugiere movimiento. En unos casos los juguetes serán arrastrados como los coches con cuerdas y en otros, empujados, caso del aro que solía estar provisto de cascabeles.
Al ser empujado, las piernas del ciclista hacen girar la rueda, sonando un timbre metálico en cada una de las vueltas.
Son también juguetes de movimiento los de tipo arrojadizo. ¿Cuál creéis que es a este respecto el juguete por antonomasia? Prácticamente todo el mundo ha jugado con él: la pelota.
Ofrece ésta infinitas posibilidades al ser lanzada, botada o empujada. Se trata de un juguete de todas las épocas, de origen religioso y mágico. Para algunas civilizaciones como las precolombinas, el juego de pelota constituyó todo un rito de adivinación que ponía de manifiesto el designio de los dioses.
Los Maya llegaron incluso a diseñar un espacio de juego perfectamente delimitado, situando en el medio un aro de piedra en posición vertical por el que había que intentar introducir la pelota. ¿Os recuerda esto a algún deporte de rabiosa actualidad?
Sin embargo sigue siendo el fútbol la actividad deportiva de pelota más famosa del mundo.
Al igual que la pelota, son varios los juguetes que tienen naturaleza fantástica y de vaticinio. Algunos son muy conocidos pues en algún momento de nuestras vidas hemos jugado con ellos sin otorgarles ese valor taumatúrgico. Nos estamos refiriendo a objetos como las canicas; la peonza, variación del trompo, símbolo solar para las culturas antiguas; los bolos con su carácter premonitorio; las barajas de naipes; y las tabas, huesos astrágalos de cordero o de cabrito, en origen juego adivinatorio convertido en precedente de los dados.
¿Quéreis saber cómo se juega a las tabas? En el siguiente fragmento del podcast «El museo sonoro», los alumnos del CRA Reyes Católicos de la provincia de Segovia nos lo explican.
Los sonajeros son unos de los objetos infantiles de mayor poder protector si bien no son los únicos.
El sonajero es el primer juguete que recibe la criatura. Históricamente ha estado concebido como elemento de distracción, de alivio en el momento de la dentición y de preservación contra las fuerzas malignas.
Son muchos los arquetipos de sonajero y los materiales utilizados para su construcción. Los primeros estaban hechos de fibras vegetales rellenas de piedras y arena, pasando más tarde por el bronce, la madera, el cartón, la plata, modernas aleaciones de metales y el plástico. Pero todos ellos tienen algo en común: el sonido, su principal activo. ¿Por qué es tan importante que estos objetos generen ruido? Es la forma primordial de alejar el infortunio de todo tipo y condición.
En este tipo de sonajeros colgantes pendían cascabeles de las asas y se utilizaba el cuerpo central de filigrana para introducir en él ciertas hierbas aromáticas y otras sustancias con el propósito de ahuyentar los diferentes males, especialmente los sobrenaturales.
Aprovechando el sonido de los sonajeros os proponemos, antes de continuar nuestra ruta, tener dulces sueños al son de unas nanas...
El cartón ha sido un material muy utilizado en la industria juguetera. Con él se han producido juguetes tales como los juegos de mesa, los rompecabezas, las barajas de cartas infantiles o los cromos.
Será a partir de 1902 cuando la hojalata haga su aparición en el ámbito del juguete español. Se fabricarán con este material tambores, soldados, cocinas, coches de pedales y monopatines, entre otros.
Tras la Primera Guerra Mundial, la industria juguetera se tecnifica, ampliando la gama de calidades y de precios de los juguetes. Comenzarán paulatinamente a aparecer ejemplares de carácter más tecnológico como el meccano o el cinematógrafo infantil.
Esta máquina de proyección de la marca NIC cuenta con un enchufe para la corriente eléctrica y una bombilla en su interior. Funciona mediante manivela para ir pasando la película de papel.
El cine NIC fue muy conocido y adquirido en diversos países europeos debido a su módico precio en comparación con otras patentes. Sin embargo en España donde aún predominaban los juguetes de hojalata, no todas las familias podían permitirse un objeto de estas características.
Con carácter más popular y asequible a los diferentes bolsillos, son los Airgam Boys, precursores de los clics de Famobil, que hacen su aparición en los años 70 del pasado siglo. Tan sólo se vendieron en España y en Portugal.
Como apunte curioso, cabe indicar que el término clics hacía alusión a los muñecos varones mientras que las mujeres fueron denominadas clack.
Será más tarde, en la década de los 80 cuando lleguen para quedarse los afamados Playmobil.
El conjunto formado por cinco personajes, dos mosqueteros de Richelieu (el rojo y el azul) y tres posiblemente a modo de panoplia medieval. Se recogieron junto a la caja donde estuvieron guardados si bien no es el estuche original.
Los playmobil, inventados por un carpintero alemán, son tan célebres y populares que conocidas marcas comerciales hacen uso de los mismos para lanzar promociones como es el caso que nos ocupa. En su envoltura original sin abrir, se encuentra una pareja de exploradores formada por chico y chica pues estos juguetes están concebidos para todos los gustos y todas las edades.
Esperamos que hayáis pasado un rato entretenido rememorando las diversiones de la infancia, los juegos en la calle y en las plazas cuando las niñas y los niños no estaban confinados en los parques infantiles como ocurre en la actualidad. Cuando los juguetes llegaban en los momentos en que nos encontrábamos enfermos o en celebraciones especiales… Disfrutad recordando esos objetos fantásticos que hacían volar nuestra imaginación y contribuían al desarrollo de nuestras capacidades pues como dijo Baudelaire «el juguete es la primera iniciación al arte».
Nos vemos en la siguiente ruta por el Etnográfico.