Esta muestra presenta una serie de dibujos que tienen como referencia los jardines secretos de ciertas ciudades de Castilla y León, entra las que se encuentra Zamora. Se quiere mostrar cuáles fueron los motivos que los hicieron posible, entender lo que estas decisiones supusieron, tanto de esfuerzo particular y colectivo, como su consideración como hechos singulares construidos, configurados de una determinada manera, y no otras, por la mano del hombre y para él. Ejemplos de jardinería generalmente cerrada y privada, fruto de una civilización en evolución, desde los inicios de la Edad Media, con una continua renovación, cambios pausados o traumáticos, y con reformulaciones de las relaciones y las circunstancias socioeconómicas, políticas y culturales de sus artífices, y en suma de los moradores de estos enclaves.
El jardín, y en buena medida los huertos históricos bien trazados, son los paisajes específicos del hombre, los más precisamente formalizados, y los más evidentes y cercanos. Espacios revegetados aquí sobre la roca inerte, eminentemente artificiales y antrópicos.
Verdaderas islas singulares incrustadas dentro de un gran y alargado espigón, y a veces montadas sobre las cercas y murallas perimetrales; en algunos casos retrepadas en el borde superior de los farallones del sur de la ciudad, como jardines al aire, volados o en vuelo.
