El artículo 37 bis de la Ley de Propiedad Intelectual define como obra huérfana aquella «cuyos titulares de derechos no están identificados o, de estarlo, no es posible localizarlos a pesar de haberse realizado una previa búsqueda diligente de los mismos».Y es eso lo que sucede con esta galería de imágenes que aquí mostramos. En la mayoría de los casos no conocemos ni al autor de la imagen ni a los protagonistas de las mismas, ignoramos localización o fecha en que fue tomada.
Pero de un modo u otro, todas aportan información que puede ser de interés. Modos y maneras, la indumentaria o la gestualidad de las imágenes provocan en el observador un sinfín de preguntas que logran despertar su curiosidad.
Es frecuente en las bibliotecas y centros de documentación de los Museos recibir colecciones de fotografías de las que nada sabemos y que forman parte de conjuntos documentales más amplios que acceden por donación y que pasan a formar parte de nuestros fondos. Es sencillo y no plantea problemas catalogar y poner a disposición de nuestros usuarios fondos bibliográficos perfectamente documentados o colecciones de fotografías en los que el autor o los protagonistas están identificados, pero…
¿Qué hacemos con estas imágenes que llegan a nosotros en latas antiguas de galletas, mezcladas y revueltas y sin ningún tipo de dato al que recurrir? En general, simplemente se conservan de la mejor manera posible pero permanecen ocultas ante la imposibilidad de aportar ni un solo dato sobre ellas. Caen en el olvido.
Y es por este motivo, para evitarlo, el motivo por el que hemos decidido dar un espacio a estas “fotografías huérfanas” en nuestro ETNOESFERA, al menos a una pequeñísima parte de las miles de imágenes anónimas que conservamos.
Este apartado no tiene más objetivo que despertar la curiosidad de quien llegue hasta aquí, nos gustaría lograr que quien visite esta galería pueda imaginarse historias de vida o inventarse hechos en base a estas imágenes. En definitiva, disfrutar de estas fotografías que han sido importantes para quien las tomó o para quien las protagonizara y que por desgracia han caído en un “limbo fotográfico”.
Lo que realmente nos apetece es que, aunque solo sea por unos instantes, estas fotografías dejen de ser huérfanas y tengan la atención que se merecen.