Trigo siega la niña, ay, trigo segaba, y en cada manadita, ay, suspiros daba.
A segar pan al Bierzo, ay, van mis amores, quiera Dios que no caigan, ay, muchas calores.
A segar pan al Bierzo, ay, van mis suspiros como el camino es largo, ay, van extendidos.
La siega de la hierba
El canto pausado de estas melodías en el tono de la siega, entre dos segadores que se contestan al canto mientras avanzan en surcos parejos, se ha conservado en las áreas occidentales y del suroeste de la comunidad: El Bierzo, los Ancares, Sanabria y la Requejada zamorana, la sierra de Gata salmantina y la de Gredos en Ávila como canto indispensable para este trabajo. El romance es muy conocido en variantes tanto antiguas como modernas en toda la Península, y se considera de origen medieval a pesar de no conservarse pliego antiguo, figurando en el repertorio sefardí de la diáspora como canto propio de los desposorios.